jueves, 9 de julio de 2009

Semana de Orientación IV

No ha llovido ni una gota en estos días. Como comentaba las tormentas de verano (1 hora de lluvia a saco y vuelve el sol) son comunes. La lluvia nos recibe en nuestra proxima parada, Keelung, donde según nos dicen llueve más de la cuenta.
Keelung es una ciudad pesquera con el principal puerto del norte de la isla. Es famosa por su pescado y por su mercado nocturno.
Por desgracia cuando llegamos esta próximo a cerrar y acabamos de cenar, asi que tendré que volver a probar sus delicatessen.
Los organizadores de este sarao nos proponen ir juntos a un karaoke, KTV como se le conoce aquí. Nada que ver con el karaoke al que estamos acostumbrados. El KTV es la diversión favorita de los jovenes en Taiwan. Hay multitud de ellos en cada ciudad. Se trata de un edificio con multitud de habitaciones. Cada grupo de amigos esta en una de ellas, así que solo cantas tú y tus colegas. La habitación cuenta con un monitor gigante, varios microfonos, sofas, y un terminal para seleccionar canciones (los taiwaneses se saben de memoria el número que codifica sus canciones favoritas). En éste el precio es de 250NTS e incluye comida y té. Las cervezas aparte y creedme hacen falta (no es que pretenda hacer apología del consumo de alcohol, pero el martes estuve de nuevo en un KTV con una compañera del departamento y sus amigos y no fue lo mismo. En las canciones en chino me dedicaba a reconocer los pocos caracteres que he aprendido y las pocas en inglés que ponían me tocaba cantarlas...). Estuvo muy divertido y nuestros compañeros taiwaneses se lo pasaban bomba. Por cierto si a alguien le gusta el manga que sepa que la gesticulación de la que hacen gala los personajes no es una exgeración. Es una replica fiel y l@s chic@s parecen sacados de un de esos episodios.

La semana de orientación acaba, poco antes de que acabara conmigo. El último día visitamos el National Palace Museum, aquí están todos los tesoros del imperio chino que Chiang Kai-shek logró traer consigo (la rockefeller ofreció construir el museo a cambio de una sola de sus cerámicas. Les dijeron que no).
Nos ofrecen una visita de poco menos de dos horas por la historia del imperio y sus obras de arte. Muy interesante pero demasiado rápido para asimilarlo todo.

Tras ello un banquete de despedida. !Teníais que ver al chef preparar la juliana!
Un par de autoridades taiwanesas, españolas y francesas vienen para decir unas palabras. El francés se suelta un speech de diez minutos en francés lo cual me parece un poco descortes dado que los taiwaneses que están con nosotros no lo entienden. El representante español le deja caer la puyita, saluda en castellano y dice unas palabras en inglés. Cuando acaban les agradecemos a Fei y a los chic@s el gran trabajo que han hecho. Menuda paliza se ha pegado.

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